Rojas recibió a un grupo de vecinos que desinteresadamente ponen en valor los monumentos históricos

Marcelo Sangla, promotor de este grupo de amigos con oficio, señaló tras la reunión en el despacho que “vinimos a poner al Intendente en conocimiento de esto que estamos haciendo, porque esto es pueblo no es política y entendemos que tiene que estar al tanto”. Tras mejorar la fuente del centenario de la Plaza Dardo Rocha, ahora apuntan a la de la Rambla de 2 y 83. Lo hacen con ayuda del municipio y el Consorcio de Puerto Quequén

El intendente municipal, Arturo Rojas, recibió en su despacho a un grupo de vecinos con oficio que tienen la idea de poner en valor los monumentos históricos del distrito, al momento en el que ya culminaron el del centenario de Plaza Dardo Rocha para seguir por la fuente de la Rambla de 2 y 83 en estos días.

Sobre el encuentro, Marcelo Sangla, impulsor del este grupo de amigos que se hacen llamar “Los Cifuentes”, esgrimió que “vinimos a poner al Intendente en conocimiento de esto que estamos haciendo, porque esto es pueblo no es política y entendemos que tiene que estar al tanto”.

Y agregó: “Puntualmente le planteamos cómo podemos hacer para traer la bomba original del monumento centenario que está en Buenos Aires, que pensamos que andaba pero no funciona, y que encima tiene un valor importante para repararla”.

En cuanto a las tareas específicas en la fuente histórica situada en el corazón de la plaza central, Sangla explicó que “si bien por esto de la bomba no está funcionado al cien por cien, al menos se ve diferente en su estética porque está limpia” ya que “con el apoyo del corralón municipal se sacó la tierra acumulada tanto de la cisterna como en el exterior, y con el aporte del Consorcio de Puerto Quequén arreglamos otras pequeñeces”.

Luego, Sangla, quien llegó a la reunión con Rojas junto a sus amigos Carlos Llona y Néstor Trobo, adelantó que “ahora nos dirigiremos a la fuente de 83 y 2 para ver si podemos ponerla en marcha” para lo que “ya tenemos el material comprado también gracias al aporte económico del consorcio”.

Para finalizar, reconoció que “hace más de tres años que venimos al municipio para saber por qué los monumentos históricos de la ciudad no funcionan. Y después de tanto insistir y hablar, fue la concejal María Eugenia Ruiz quien modificó la ordenanza que me puso a mí como padrino de las fuentes ornamentales de Necochea y Quequén. Y así fue que a partir de ahí me abrieron las puertas del municipio para empezar con esta tarea”.

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